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La plenitud no requiere culpa
Estamos tan acostumbrados a tener asuntos sin solucionar, que vivir conflictuados se nos hace normal, pero cuando ocurre […]
0Estamos tan acostumbrados a tener asuntos sin solucionar, que vivir conflictuados se nos hace normal, pero cuando ocurre un balance en nuestras vidas, nos preocupamos innecesariamente.
Los problemas nos aquejan diariamente, en la cotidianidad de la vida y en casos mayores a veces. Pero cuando todo se alinea en lugar de disfrutarlo, nos asustamos.
Nos asustamos del éxito profesional porque creemos que no puede combinarse con una relación amorosa estable, o que si tenemos un tiempo de armonía familiar no puede haber espacio para la salud o el cuidado personal.
La verdad es que todo lo anterior pasa por una simple razón: trabajaste para ello. Estás haciendo todo lo que existe en tus manos para tú misma balancear tu vida, así que en lugar de preocuparte o pensar que son situaciones del destino, realiza una reflexión y analiza lo que sí estás haciendo bien para estar mejor. No te compliques, disfruta la plenitud, porque te la ganaste.
Itzel Vásquez
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