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Palabras que dañan la autoestima de tus hijos
Las palabras que dañan la autoestima de los niños son generalmente adjetivos calificativos que los adultos usamos para referirnos […]
3Las palabras que dañan la autoestima de los niños son generalmente adjetivos calificativos que los adultos usamos para referirnos a ellos, sin considerar que su identidad y auto imagen en los primeros años de vida dependen de esas opiniones y críticas. Frecuentemente se descalifica al niño diciéndole por ejemplo, “éres un tonto, descuidado e inútil”, lo que va creando día con día una creencia limitante sobre sí mismo que lo definirá como inútil e insuficiente.
El poder de las palabras de los padres sobre sus hijos es enorme, y tenemos que estar conscientes de ese poder para hacer de la comunicación con los niños un espacio de nutrición y crecimiento permanente. El mejor consejo que les puedo dar es que eviten los adjetivos calificativos que definen el ser; si es necesario corregir una conducta incorrecta, es mejor que se refieran a la conducta no a la persona, por ejemplo, “tu tarea esta muy incompleta y se ve muy desordenada y mal hecha”, “pon atención al hacer la tarea”, “tómate tu tiempo para hacerla bien y que se note tu esfuerzo y tu trabajo”.
Después ofrecer apoyo, preguntar: “¿qué necesitas para hacerla mejor?”, y esperar a qué el niño planteé cuando menos dos opciones de solución. Así le devolvemos la responsabilidad de su trabajo y reconocemos su capacidad y competencia, después podemos hacer sugerencias y supervisar que la tarea sea realizada según lo acordado.
Como ven, la autoestima de nuestros hijos se construye diariamente con lo que nosotros opinamos de ellos, por eso es importante que revisemos cuáles son nuestras propias creencias limitantes como adultos responsables, para evitar repetir patrones que dañen a nuestros niños. Ya lo dijo el famoso psicoanalista Sigmund Freud, “infancia es destino”.
Protejamos la infancia de nuestros niños con mensajes positivos en sus distintas etapas de crecimiento. Cuando son bebés, apoyándolos a conocer el mundo con seguridad, en la etapa preescolar, con aceptación y motivación para que consigan relacionarse con sus amigos y familia sintiéndose respetados y respaldados por sus padres, y en la etapa de la primaria, apoyando sus logros y respaldando su responsabilidad hacia sus estudios y tareas, con disciplina y reconocimiento.
Todos nos merecemos ser tratados con sensibilidad y respeto, bajo esta premisa es fácil reconocer que mis necesidades son tan importantes como las tuyas, y esto es la base de toda convivencia armónica y amorosa, hagamos de la infancia de nuestros hijos un espacio de Paz y Felicidad.
Mercedes Angelica Sosa
Consultora en Psicopedagogía, Especialista en niños y adolescentes. UNAM. Correo: mercedesangelicasosa @gmail.com
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