La crianza no siempre se ve ordenada, y la mayoría de las veces es, además complicada y estresante, por mucho que busquemos que las cosas se hagan de manera más fácil. Una rutina nocturna puede hacer la diferencia en la mañana.
Una de los puntos principales, es tener una nutrición adecuada con alimentos que ayuden a nuestros hijos a dormir profundamente, por lo que hay que elegir alimentos nutritivos y abundantes antes de acostarse. Proteínas como el pavo y salmón pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño. Evita a toda costa alimentos con azúcar así como chocolates.
Crear una rutina con horarios es muy importante para que los niños se sientan cómodos y seguros además de que apoyan a un desarrollo social y emocional saludable. Desde leer por la noche o pequeñas sesiones de meditación y tranquilidad con técnicas de respiración calman y relajan el sistema nervioso.
Los baños relajantes también ayudan, además de que crean hábitos desde salir, cepillarse los dientes. Además, claro de que esta ducha ahorrará tiempo por las mañanas.
Aunque la rutina de acostarse de todos puede ser ligeramente diferente, la clave es la constancia. Tener una rutina establecida ayudará a relajar a su hijo y lo preparará para ir a la cama. Asegurarse de que algunas, si no todas, las tareas de la mañana estén preparadas y listas para llevar a cabo (almuerzos preparados, ropa elegida) garantizará noches más tranquilas y mañanas menos estresantes.
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