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Soy la mamá de mi esposo

Por: Fernanda Magaña ¿Te han dicho “pareces mi mamá”? Si tu respuesta es SI, bienvenida al club de […]

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Por: Fernanda Magaña
¿Te han dicho “pareces mi mamá”? Si tu respuesta es SI, bienvenida al club de las mamás de los esposos.
Así como existe el Síndrome de Edipo, existe el de Wendy, quien cuidaba a sus hermanos y a los niños que la rodeaban, con bondad, cuidado y dedicación. ¿Alguna vez has visto un hijo que sienta pasión por su mamá? No verdad.
Cuidar a nuestra pareja es normal y necesario, pero hay una delgada línea en la que comienzas a tratarlo como a un hijo, quitándole responsabilidades, o dándole algunas que no le tocan. Esta bien consentir, pero no fomentes una actitud en el, de la que luego puedes arrepentirte.
Un hombre no va a encontrar atractiva sexualmente a su mamá, no puedes adoptar este rol pues tu pareja comenzara a verte como una figura materna, y esto no puede, va a afectar tu relación.
No le digas frases maternas: “mi bebé”, “¿qué te duele chiquito”?, “¿Tienes hambrita”? Olvídate todas esas frases que utilizas con tus hijos, tratalo como adulto, esto no quiere decir que no puedas demostrarle tu cariño, pero nunca como a un hijo.
Adiós regaños: recuerda como te sentías cuando tus papás te regañaban, es exactamente lo mismo. Deja el regaño y sugierele como pueden hacer las cosas en conjunto para lograr el objetivo deseado.
Tiempo para ti: no dependas tanto emocionalmente de el, ni dejes que toda tu atención se vaya en el, hazte responsable de tus cosas y no de las de el.
Solo haz tu parte: en tareas del hogar, haz lo que han acordado que tu debes hacer, no su parte, sabemos que muchas veces queremos tener el control de todo, pero llegar a acuerdos sin necesidad de hacer las cosas que le corresponden que después acaba en regaño.

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