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La magia de Ghibli
Por: Valeria Gutiérrez García | Durante esta cuarentena a muchos nos invade el estrés, ansiedad, tristeza… es normal […]
4Por: Valeria Gutiérrez García |
Durante esta cuarentena a muchos nos invade el estrés, ansiedad, tristeza… es normal que la situación sea abrumadora. Como propuesta para escapar un poco de este mundo, ¿por qué no nos vamos a otros que nos cautiven o nos brinden un poco de tranquilidad y felicidad?
A continuación, les comentaré algunos aspectos por los cuales considero vale la pena ver las películas de Ghibli. Estas dejan un mensaje de introspección, ya que los personajes sufren un proceso de maduración o autoconocimiento que (tal vez si nos damos la oportunidad) podemos pasar nosotros mismos.
No he visto todas las películas, pero al repasar la lista me di cuenta que solamente me faltan dos (una de ellas no puede contar como cinta del estudio porque se realizó un año antes de su fundación); por fortuna ya están en Netflix. Antes tenía que esperar a que estuvieran en renta en el videoclub o a que llegaran a algunas pantallas grandes gracias a ciertos festivales independientes.
Cuando era niña ninguna película de princesas logró que me identificara con sus personajes, a pesar de que me gusta mucho Disney. Muchas de las historias (porque no me gusta generalizar) eran maniqueístas, siempre con la tendencia de reducir todo a polos opuestos; los villanos -que siempre me parecieron muy interesantes y desaprovechados para la trama- eran demasiado malos, los
héroes o heroínas muy perfectos.
La vida real no se reduce a buenos y malos, el humano no es así de simple; por eso los personajes de Ghibli me parecen interesantes. Chihiro no es solo una niña berrinchuda, Howl no es solo un mago egocéntrico, Kiki no es solo una bruja sin experiencia; podría seguir así con todos, pero la idea es que es fácil identificarse con ellos porque al igual que nosotros, cometen errores, no son
perfectos y lo saben; a lo largo de la película entenderán lo que son y madurarán, como espero todos lo hagamos en cierto punto de nuestra vida.
Recuerdo ser niña y que me dijeran “tienes que ser femenina, no te sientes así, las niñas bonitas son princesas…”, pero yo nunca quise ser princesa, mi intención no era ser delicada, sino intentar divertirme sin pensar en lo que debía ser. Las protagonistas de Ghibli me parecen modelos a seguir porque son personajes femeninos a los cuales no las define su belleza o delicadeza; son fuertes, no se quedan calladas, pero esto no significa que sean invencibles, también tienen miedos, son reales.
En una entrevista con The Guardian, Hayao Miyazaki comentó “…necesitan un amigo o un compañero, pero nunca un salvador; cualquier mujer es tan capaz de ser una heroína como lo es un hombre”. Muchas crecimos con mensajes en los medios de comunicación e incluso con la gente que nos rodeaba, respecto a lo que una mujer debe ser, pero en realidad somos nosotras mismas las únicas que pueden definirse. Este es un mensaje que las niñas (y no tan niñas) deberían recibir.
Para conectar con la idea anterior está el siguiente punto, las relaciones mostradas en las películas. Muchas veces en el cine vemos como lo que los personajes más anhelan es el amor romántico, como si eso fuera a asegurar un final feliz. Ghibli presenta algo totalmente diferente. Pocas veces veremos que los personajes se besen; la mayoría de las ocasiones el compañero masculino (rol que normalmente vemos que desempeñan las mujeres en otros estudios) también sufrirá un proceso de transformación inspirado por la protagonista.
Ambos están conectados, pero no por el simple hecho de aparecer en pantalla juntos y de un momento a otro parece que se enamoraron, sino que se inspiran mutuamente para vivir y continuar con la aventura. Hayao cree que de esta manera se está acercando a una expresión más real del amor.
Ahora, alejándonos de los puntos anteriores, hay otro que considero fundamental para situación mundial que vivimos desde hace años y que poco a poco estamos tomando conciencia al respecto, el medioambiente. No todas, pero muchas de las cintas de este estudio, nos dejan el mensaje del respeto por todos los seres vivos y la naturaleza; ya que en ellos habita la sabiduría de generaciones.
Algunas películas son más obvias sobre el tema, como La guerra de los mapaches o La princesa Mononoke. En las cuales se muestran a los humanos con la idea antropocéntrica -que guía a muchos en la vida real- de que tienen el derecho de conquistarlo todo, sin pensar en la naturaleza y los seres vivos que habitan en ella.
Como último punto, la atención al detalle. Todo el tiempo está sucediendo algo, pero no en el sentido de acciones rápidas, sino que los fondos, la comida, la música… todo está delicadamente colocado como expresar algo; incluso hay momentos de silencio (los cuáles no son muy comunes en el cine comercial) que comunican mucho respecto a los personajes, sus vidas y todo el mundo que los rodea.
Esto ayuda a que formemos parte de lo que está sucediendo y por esa razón es que nos sumergimos en estas historias maravillosas.
Para mí, estas películas son arte puro por lo que logran expresar y por cómo me hacen sentir. No les mencionaré cuáles son las cintas que deberían ver, porque creo que todas dejarán un aprendizaje según el momento por el que estemos pasando; ahora tenemos la oportunidad escoger y el tiempo con nosotros mismos para poder ver las películas y confrontarnos en compañía de estos
mágicos personajes.
Espero se den la oportunidad de quedar deslumbrados.
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