Axel Arigato apuesta por las texturas en verano, completando su colección de temporada enfocada en resaltar la artesanía del calzado y vibes de la época Y2K.
Hay materiales que no solo se sienten, sino que se cuentan. El suede —o ante, como lo llaman los más clásicos— es uno de ellos. Nacido de la capa interna de la piel, con una textura aterciopelada que absorbe luz y devuelve sombra, el suede lo retoma Axel Arigato para dejar de ser exclusivo del otoño y reinventarse como protagonista inesperado del verano.
El suede —ese cuero terso, más suave, más poroso, más íntimo— en su confección exige manos expertas. No perdona errores. Es un material que resalta entre en los talleres portugueses donde Axel Arigato produce sus piezas, se le trata como a una seda o a un vino joven: con respeto, con paciencia y con el ojo entrenado de quienes entienden la diferencia entre lo bueno y lo eterno.

Este verano se ha dejado ver en modelos como el Area Lo y el Dice Lo donde se muestra el compromiso de la marca en su confección y calidad. Retomando colores neutros que frente a lo típico del verano se busca ahora la diferencia en su temperatura: mientras el cuero tradicional puede sofocar el pie bajo el sol de agosto, el suede respira. Su estructura porosa permite una frescura sutil que se siente natural, ideal para modelos más ligeros y perforaciones estratégicas.
En términos de color, la tendencia de este año han dominado los tonos arena, lavanda, verdes secos y azules cielo. Todo con un filtro retro que convierte cada par en una cápsula de verano eterno. En ese sentido Axel Arigato ha demostrado que el suede puede ser tan veraniego como una hamaca tejida o tan urbano como una bici sin frenos en el centro de la ciudad.

Lo interesante del enfoque actual de Axel Arigato no solo radica en el resultado visual, sino en la ética detrás del diseño. En tiempos donde lo sostenible ha dejado de ser un “extra” y se ha vuelto urgente, el Made in Portugal representa un enfoque más real: producción local, condiciones laborales dignas, materiales LWG-certified, y una distancia más corta entre el artesano y el consumidor. No es fast fashion. Es fast-forward con conciencia.
De tal manera que cuando uno camina en unos Axel Arigato de suede, no está simplemente usando un calzado bonito, se lleva entre los pies la textura de una historia bien contada: una que empieza en Portugal, que pasa por la visión nórdica del diseño minimalista, y que termina —o apenas comienza— en el asfalto, la pasarela o la acera donde cada paso cobra sentido.
Lo cierto es que el suede ha dejado de ser estacional. Ya no se guarda en septiembre ni se desempolva en marzo. Hoy, camina todo el año. Y este verano, lo hace con paso firme, con textura, y con la promesa de que lo suave también puede dejar huella.
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