Autor: Mariana Alfaro
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, en un adulto promedio posee
una superficie de hasta dos metros y puede llegar a pesar 5 kg, por lo tanto, es
uno de los que más requiere atención de nuestra parte. Una de las zonas más
sensibles de esta es indiscutiblemente el rostro y su cuidado debe ser constante y
cauteloso.
Existen algunos alimentos que ayudan a que el cutis luzca más fresco, terso y
luminoso, pero también hay muchos ingredientes caseros que hacen todo lo
contrario y perjudican la salud del cutis. Entérate aquí porqué no debes aplicarlos,
y recuerda: siempre sigue las indicaciones de un dermatólogo y no le coloques
cualquier cosa o producto a tu rostro.
Limón o Zumo de limón
Su pH es altamente ácido (pH 2.3) por lo que tiende a debilitar el manto que
protege tu piel, sensibilizándola y haciéndola susceptible a graves irritaciones o
incluso pequeñas quemaduras. Además puede ser fotosensibilizante y provocar
mancharse con el sol; sin dejar de lado el fotoenvejecimiento si su uso es
constante, sobre todo si no se usa protector solar.
Para atenuar manchas, marcas de acné o igualar el tono, opta por productos
cosméticos con Vitamina C, Arbutina, Niacinamida o AHA.
Bicarbonato de sodio
Este ingrediente posee un pH demasiado alcalino alcalino (pH 9-10) lo que pone
en riesgo la capacidad del manto ácido de la piel para actuar como barrera
protectora y permite que las bacterias que causan imperfecciones o infecciones
proliferen. Si se aplica de forma regular y por mucho tiempo provocará pérdida de
humedad en el tejido, dejando el cutis reseco y con sensibilidad.
Para exfoliar la piel, realízalo con exfoliantes faciales (probados
dermatológicamente), que puedes encontrar opciones en gel, con gránulos o
químicos (AHA, BHA, enzimáticos). Recuerda que deben elegirse según tu tipo de
piel.
Aceite de coco
En su estado puro las moléculas son más pesadas y la piel no logra absorberlo
todo completamente, por lo tanto provoca que los poros se obstruyan causando
brotes de acné o que los vellitos del rostro se encarnen e infecten. Erróneamente
es usado como un "hidratante" o “desmaquillante” sin embargo no aporta agua
sino lípidos que humectan o sellan la humedad, además suele dar una falsa
sensación de suavidad pues lo que hace es formar una capa lisa en la piel.
Úsalo sólo como opción para lubricar las pieles extra secas, ya que su piel no
produce lípidos suficientes, pero nunca en pieles grasas, seborreicas o con
tendencia al acné. Para hidratar, humectar o desmaquillar busca productos según
tu tipo de piel.
Pasta de dientes
El dentífrico contiene bicarbonato, peróxido y alcohol, que en conjunto son
altamente astringentes, causando resequedad, irritación o que la piel se descame,
y el flúor incluso puede llegar a provocar serias quemaduras al instante. De ser
aplicado en zonas con manchas puede acentuarlas, pues acelera la producción
donde la melanina está concentrada, pero todo con mucha cautela.
Para combatir granos y espinillas inclínate por productos de uso localizado que
contengan centella asiática, oxido de zinc, calamina, AHA, BHA o aplica parches
hidrocoloides.
Azúcar
Gracias a que está compuesto por diminutos cristales, estos pueden provocar
pequeños cortes en la piel que a simple vista no se notan, pero pueden ser el foco
ideal de infección y causar la formación de imperfecciones. Contribuye también a
dejar la piel enrojecida y muy débil, causando resequedad y que se vea sin vida.
Si estás en búsqueda de un exfoliante físico, es mejor alternativa usar exfoliantes
granulados especialmente para el rostro y basándote en tu tipo de piel y las
necesidades de esta.
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